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martes, 16 de febrero de 2016

Malos tiempos cuando los locos guían a los ciegos



Malos tiempos serán aquellos
en los que los locos guíen a los ciegos.

Que las torres de Babel tiemblen
bajo el peso de sus propios muros
y esos poderosos seres
por temor queden mudos.

Con el bastón blanco
y las gafas negras y opacas
el ciego le tiende la mano
a esa insensata muchacha.

Ojos que no ven, corazón que no siente.
Deportado aquel que rebelarse intente.

Siervas y siervos
no resucitéis
no imaginéis
no busquéis
todos aquellos cuervos
que vuestros huesos terminarán por roer.

En vez de eso, dadnos la espalda
y las cadenas también,
unidnos a vosotros
quizás algún día a los cielos nos llevéis.

Hasta entonces dedicaros a crecer,
a envejecer,
a caer una y otra vez
y a no arrepentiros de volver a nacer.

Nunca os darán la espalda los ciegos
si ni siquiera son capaces de verse los pies.
Este mundo corresponde a aquel
que no tenga miedo a perecer.

Con pelos despeinados aquí venimos a atentar
contra vuestro orden,
contra vuestro pulcro andar.

La música es nuestra bandera
el símbolo de la nueva era.
Los colores, nuestro himno
dueño de nuestros propios hijo.

Alzad la vista nublada, ciegos,
dadle la mano a los locos,
no tengáis miedo de haceros viejos
que de estos ya quedan pocos.

1 comentario:

  1. Me gusta mucho el poema, sobre todo la última estrofa. Un saludo y ánimo con tu arte.

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